Sergio Alejandro Amira,
junto a Pablo Santander T. el año 2016 lanzan la novela gráfica Atom Candy, a
través de Línea Estratos, subdivisión de Mitómano Cómic.
La idea proviene de la
creación de un cómic basado en personajes reales y así escapar un poco de lo
común de los cómics, que por lo general son historias de héroes y superpoderes.
Con esta idea nace un webcómic sobre una chica llamada Javiera y su amiga Nury,
en el que subían dos páginas por semana aproximadamente, contando historias de
adolescencia, lo más real posible y que en el caso de Javiera, se trata de la
mismísima Atómica (quien tiene un cómic propio con varios números lanzados),
cuando aún no descubría sus superpoderes.
El nombre de Atomic Candy
proviene de unos dulces redondos, llamados “caramelos atómicos” y su historia
se desarrolla en las costas de la quinta región, la que luego de cinco años
trabajando en el webcómic y tras recibir una oferta de llevar al papel esta historia,
lanzan su primera temporada en una novela gráfica de 160 páginas en escala de
grises.
Se trata de una verdadera
teleserie, debido a los temas que se van tocando y como va avanzando la
historia, sobre todo de la problemática adolescente, y ahí también existe una
gran diferencia con Atómica, ya que se trata de una novela gráfica juvenil-adulta
a diferencia del cómic de la heroína que es infanto-juvenil. Incluso se podría
considerar que su personaje fue transformándose en alguien muy distinta a
Atómica.
Javiera es una adolescente a
la que nunca le ha gustado asistir a clases y menos, después de quedar
repitiendo, a pesar de ser una chica inteligente. Por ese motivo se va distanciando
de su amiga Nury, lo que a esta última le entristece enormemente, aún más
cuando Javiera comienza a tener comportamientos rebeldes y juntarse con las
chicas más problemáticas del liceo.
Atom Candy se hace
responsable de un tema muy importante para los adolescentes, donde “las hormonas
se revolucionan, pasando de la mayor de las aventuras al peor de los
dramas”. Es muy importante esta etapa, debido a que son experiencias y
situaciones extraordinarias, como cualquier joven, marcando el futuro de las
personas.
Es una historia muy real,
que abarca temas reales de la adolescencia, sin embargo, es muy probable encontrarse
con un poco de magia en alguno de sus personajes o la maldad que aparentemente
se esconde en una niña del mismo colegio, lo que hace que sea una obra mucho
más completa, con más situaciones para analizar.
En definitiva, hay muchas
razones para leer Atom Candy, como aventuras, misterios, momentos de emoción,
un excelente trabajo de ilustración, una muy buena historia. Lo mejor es que
queda la historia abierta para una segunda temporada, por lo que tenemos
aseguradas más aventuras.
¿Dónde
conseguirlo?
Librería
Antártica:
Editorial
Estratos:
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