Nuevamente
nos encontramos conversando sobre un libro infanto-juvenil tuyo: “Otherkin”.
¿Cómo ha sido el recibimiento de esta obra?
Bastante
positiva, especialmente porque he podido corroborar leyendo reseñas como la
tuya, que las temáticas, los objetivos y valores que me propuse transmitir con
esta historia han sido recibidos y asimilados sin dudas ni confusiones. Para mí
al menos, y esto es una visión muy personal, no me gusta que lo que escribo
para el público infantojuvenil admita ambigüedades, y esa tal vez sea la gran
diferencia con mis textos “para adultos”. Claro que esto no quiere decir que
uno adopte un tono paternalista ni pedagógico necesariamente a la hora de
escribir para niños y jóvenes, pero si creo que deben haber ciertas cosas
claras relativas a la ética y la moral. Me gusta eso que decía Shrek sobre que
los ogros son como cebollas, que tienen capas. Así espero que sea “Otherkin”,
como una cebolla con muchas capas donde tras una primera lectura quede muy
claro de qué iban los temas principales de la historia. Me parece que las
preguntas fundamentales de la novela se resuelven satisfactoriamente en los
últimos capítulos, aun cuando yo no dé todas las respuestas, porque siempre
deben quedar misterios y cosas sin resolver, tal y como es la vida misma.
¿Cómo
surgió la idea de escribir “Otherkin”? ¿De dónde nace la historia que habla
sobre este ser mitológico llamado “kitsune”?
Creo que puedo
rastrear el origen de “Otherkin” a mi infancia, cuando en un texto escolar leí
el capítulo XXI de “El Principito”. Posteriormente leí el libro completo, pero
ese capítulo en particular, donde el Principito se encuentra con el zorro, ha sido
el motor y la gran influencia de todo lo que he publicado, y no solo en lo que
a infantojuvenil respecta. En mis escritos siempre hay mucho diálogo, me gusta
eso, soy dialoguista y se lo debo al gran Saint-Exupéry.
Otra obra
fundamental en la elaboración de “Otherkin”, y a la que llegué a través de la
adaptación animada de Disney, es “Las aventuras de Alicia en el país de las
maravillas” de Lewis Carroll. La leí en inglés a fines del siglo pasado (1998),
más o menos al mismo tiempo que descubrí la obra de un artista alemán llamado
Thomas Grünfeld, en particular sus quimeras taxidérmicas que, siendo animalista
como soy, me shockearon bastante. Grünfeld tenía unas mezclas muy dispares, una
avestruz con cabeza de vaca por ejemplo, pero la “obra” que más me llamó la
atención fue una menos disonante: un zorro con cabeza de gato, e imaginé qué
hubiese pasado si en vez de el Principito hubiese sido Alicia la que dialogara
con el zorro, y si en vez de zorro, hubiese sido una suerte de gato-zorro.
Buscando
información sobre este libro uno puede llegar al cuento “Martina y el Fénnec”
que aparece en la antología “Octocéfalo”. ¿Se trata del origen de lo que sería
“Otherkin”?
Así es. El
kitsune en una primera versión se hacía llamar Fénnec. El fénec, feneco o zorro
del desierto, es un mamífero carnívoro de la familia Canidae que habita en el
desierto del Sáhara, y con esta apariencia lo retrató Gabriel Rodríguez, que
hizo las portadas e ilustraciones de “Octocéfalo”, un proyecto al que fuimos
convocados por Sebastián Garrido, que en aquel entonces era editor de SM.
Octocéfalo es un libro muy interesante, cada cuento tiene un cuento “hermano”
en el sentido que incluye algún elemento o se conecta de alguna forma. Y el
octavo cuento, del propio Garrido, Piel de uroboros, aludía en cierta
forma a todos los anteriores. En Octocéfalo Baradit publicó Time Wars
Lluscuma, que posteriormente se convertiría en su novela Lluscuma, y
además incluye un cuento de Gabriel Mérida que se llama África arcangélica,
y está basada en mi cuento Caro data archangeli, publicado en la
antologia de la Asociación Española de Fantasía Ciencia Ficción y Terror:
Visiones 2005, seleccionada por Santiago Exímeno. Las ilustraciones de
Rodríguez son preciosas, y puestas unas al lado de otra conforman un
políptico... en fin, que Octocéfalo da para una conversación aparte.
Entiendo
que la historia de Martina y este ser llamado kitsune ganó un premio de la
Cultura y las Artes. ¿Fue presentado bajo el mismo nombre de Otherkin?
“Otherkin”
obtuvo una beca de creación literaria del Fondo del Libro 2014, y el año pasado
un fondo de edición. En ambos proyectos, la novela se llamó “Kitsune”, de hecho,
bajo ese título fue publicada en una edición “limitadísima” de cinco ejemplares
por Editores Fantasmas. Como posteriormente amplié la historia y la seguí
trabajando, decidí buscar un título que la diferenciara y que también reflejara
mejor la temática principal del libro que es la experiencia de la otredad como
algo que enriquece y contribuye en la vida.
En la anterior
conversación me comentabas muchas obras literarias que te habían marcado como
escritor. En el caso de “Otherkin”, se pueden ver referencias literarias un
poco más marcadas, ya que es un libro que habla mucho de cuentos. ¿Puedes
comentarnos un poco más sobre esas referencias?
Además de “El
Principito” y “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”, influyó
mucho una antología titulada “Cuentos rusos de magia y brujería” que incluye
textos de Pogorelski, Bestúzhev, Pushkin, Gogól, Odoievski y Tolstoi. Desde su
primera versión me propuse que “Otherkin” tuviese “sabor” a cuento ruso y
oliera a romanticismo del siglo XIX. Rusia ha producido una de las literaturas
fantásticas más ricas del mundo, y esa riqueza en gran parte radica en su raíz
popular y tradicional. Como dice en la contratapa del mismo libro: “La maestría
de los escritores rusos parece brotar de ese fondo vital, comunicando el
misterio y escalofrío -cuando no el humor- de las anécdotas contadas junto al
fuego”. Este párrafo retrata a la perfección lo que me planteé realizar en
“Otherkin”, y creo haberme acercado en algo a mis objetivos, en especial a la
importancia del relato oral, de la mitología, el folklore, y las tradiciones de
los distintos pueblos y culturas del mundo.
Otherkin es un crisol donde se mezclan historias de Vietnam, Italia,
Japón, Alemania, y Chile; con la cosmogonía de William Blake y el círculo de
Lovecraft. Todas adaptadas, digeridas y regurgitadas en mis propias versiones.
Eso es hacer mitología finalmente, el mito es una
forma de conocimiento que abarca distintos aspectos del saber humano y si bien
es una narración, no es una forma literaria en el estricto sentido de la
palabra. El mito siempre
es un re relatar y se compone de una sucesión de
acontecimientos que articulan una amplia red de variantes. Fue así como
“Martina y el fénnec” pudo crecer a “Kitsune” y luego evolucionar a “Otherkin”.
Si bien
“Armórica” y “Otherkin” están dirigidos a entretener y tocar problemáticas de
niños y jóvenes. ¿Acá la intención fue tocar un poco más el valor de la
familia, cierto?
Sí, supongo
que al contar “Otherkin” con muchos menos personajes que “Armórica” se nota más
este aspecto, pero el valor de la amistad y familia, en todas sus formas y
manifestaciones, está muy presente en ambas.
En el libro
“Armórica” vimos que la protagonista era una versión medieval de Atómica. En el
caso de nuestras protagonistas, Martina y Verónica, ¿son inspiradas por
personajes de otras obras que has escrito anteriormente?
No, pero
cuando las escribía tenía mucho en mente a Heidi y Clarita del anime de 1974
“Heidi, la niña de los Alpes”, inspirado en el libro homónimo de la escritora
suiza Johanna Spyri. El abuelo, por su parte, es una mezcla entre el abuelo de
Heidi y el Sr, Vitallis de “Remi, el niño de nadie”, anime de 1977 basado en la
novela “Sin familia” del escritor francés Hector Malot. Son series animadas que
junto al Capitán Futuro y Mazinger Z me marcaron mucho en mis
primeros años de vida.
A mi
parecer el libro queda abierto para una continuación. ¿Existe la idea de
continuar la historia con estas dos hermanas y Kitsune?
Sí. Ya escribí
una continuación de “Kitsune”, pero esa versión tenía otro final al no estar la
historia en su forma definitiva. Una continuación de “Otherkin” sería probablemente
algo muy distinto, es algo que no me he planteado ya que creo que la historia
se cierra muy bien. Quizás vuelva a ese mundo con otros personajes y puede que
Martina o algún otro tenga un cameo o un rol más importante. Es algo que no
descarto.
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