lunes, 5 de noviembre de 2018

Conversación con Sergio Alejandro Amira para libro Otherkin



Nuevamente nos encontramos conversando sobre un libro infanto-juvenil tuyo: “Otherkin”. ¿Cómo ha sido el recibimiento de esta obra?

Bastante positiva, especialmente porque he podido corroborar leyendo reseñas como la tuya, que las temáticas, los objetivos y valores que me propuse transmitir con esta historia han sido recibidos y asimilados sin dudas ni confusiones. Para mí al menos, y esto es una visión muy personal, no me gusta que lo que escribo para el público infantojuvenil admita ambigüedades, y esa tal vez sea la gran diferencia con mis textos “para adultos”. Claro que esto no quiere decir que uno adopte un tono paternalista ni pedagógico necesariamente a la hora de escribir para niños y jóvenes, pero si creo que deben haber ciertas cosas claras relativas a la ética y la moral. Me gusta eso que decía Shrek sobre que los ogros son como cebollas, que tienen capas. Así espero que sea “Otherkin”, como una cebolla con muchas capas donde tras una primera lectura quede muy claro de qué iban los temas principales de la historia. Me parece que las preguntas fundamentales de la novela se resuelven satisfactoriamente en los últimos capítulos, aun cuando yo no dé todas las respuestas, porque siempre deben quedar misterios y cosas sin resolver, tal y como es la vida misma.

¿Cómo surgió la idea de escribir “Otherkin”? ¿De dónde nace la historia que habla sobre este ser mitológico llamado “kitsune”?

Creo que puedo rastrear el origen de “Otherkin” a mi infancia, cuando en un texto escolar leí el capítulo XXI de “El Principito”. Posteriormente leí el libro completo, pero ese capítulo en particular, donde el Principito se encuentra con el zorro, ha sido el motor y la gran influencia de todo lo que he publicado, y no solo en lo que a infantojuvenil respecta. En mis escritos siempre hay mucho diálogo, me gusta eso, soy dialoguista y se lo debo al gran Saint-Exupéry.
Otra obra fundamental en la elaboración de “Otherkin”, y a la que llegué a través de la adaptación animada de Disney, es “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll. La leí en inglés a fines del siglo pasado (1998), más o menos al mismo tiempo que descubrí la obra de un artista alemán llamado Thomas Grünfeld, en particular sus quimeras taxidérmicas que, siendo animalista como soy, me shockearon bastante. Grünfeld tenía unas mezclas muy dispares, una avestruz con cabeza de vaca por ejemplo, pero la “obra” que más me llamó la atención fue una menos disonante: un zorro con cabeza de gato, e imaginé qué hubiese pasado si en vez de el Principito hubiese sido Alicia la que dialogara con el zorro, y si en vez de zorro, hubiese sido una suerte de gato-zorro.

Buscando información sobre este libro uno puede llegar al cuento “Martina y el Fénnec” que aparece en la antología “Octocéfalo”. ¿Se trata del origen de lo que sería “Otherkin”?

Así es. El kitsune en una primera versión se hacía llamar Fénnec. El fénec, feneco o zorro del desierto, es un mamífero carnívoro de la familia Canidae que habita en el desierto del Sáhara, y con esta apariencia lo retrató Gabriel Rodríguez, que hizo las portadas e ilustraciones de “Octocéfalo”, un proyecto al que fuimos convocados por Sebastián Garrido, que en aquel entonces era editor de SM. Octocéfalo es un libro muy interesante, cada cuento tiene un cuento “hermano” en el sentido que incluye algún elemento o se conecta de alguna forma. Y el octavo cuento, del propio Garrido, Piel de uroboros, aludía en cierta forma a todos los anteriores. En Octocéfalo Baradit publicó Time Wars Lluscuma, que posteriormente se convertiría en su novela Lluscuma, y además incluye un cuento de Gabriel Mérida que se llama África arcangélica, y está basada en mi cuento Caro data archangeli, publicado en la antologia de la Asociación Española de Fantasía Ciencia Ficción y Terror: Visiones 2005, seleccionada por Santiago Exímeno. Las ilustraciones de Rodríguez son preciosas, y puestas unas al lado de otra conforman un políptico... en fin, que Octocéfalo da para una conversación aparte. 

Entiendo que la historia de Martina y este ser llamado kitsune ganó un premio de la Cultura y las Artes. ¿Fue presentado bajo el mismo nombre de Otherkin?

“Otherkin” obtuvo una beca de creación literaria del Fondo del Libro 2014, y el año pasado un fondo de edición. En ambos proyectos, la novela se llamó “Kitsune”, de hecho, bajo ese título fue publicada en una edición “limitadísima” de cinco ejemplares por Editores Fantasmas. Como posteriormente amplié la historia y la seguí trabajando, decidí buscar un título que la diferenciara y que también reflejara mejor la temática principal del libro que es la experiencia de la otredad como algo que enriquece y contribuye en la vida.

En la anterior conversación me comentabas muchas obras literarias que te habían marcado como escritor. En el caso de “Otherkin”, se pueden ver referencias literarias un poco más marcadas, ya que es un libro que habla mucho de cuentos. ¿Puedes comentarnos un poco más sobre esas referencias?

Además de “El Principito” y “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”, influyó mucho una antología titulada “Cuentos rusos de magia y brujería” que incluye textos de Pogorelski, Bestúzhev, Pushkin, Gogól, Odoievski y Tolstoi. Desde su primera versión me propuse que “Otherkin” tuviese “sabor” a cuento ruso y oliera a romanticismo del siglo XIX. Rusia ha producido una de las literaturas fantásticas más ricas del mundo, y esa riqueza en gran parte radica en su raíz popular y tradicional. Como dice en la contratapa del mismo libro: “La maestría de los escritores rusos parece brotar de ese fondo vital, comunicando el misterio y escalofrío -cuando no el humor- de las anécdotas contadas junto al fuego”. Este párrafo retrata a la perfección lo que me planteé realizar en “Otherkin”, y creo haberme acercado en algo a mis objetivos, en especial a la importancia del relato oral, de la mitología, el folklore, y las tradiciones de los distintos pueblos y culturas del mundo.  Otherkin es un crisol donde se mezclan historias de Vietnam, Italia, Japón, Alemania, y Chile; con la cosmogonía de William Blake y el círculo de Lovecraft. Todas adaptadas, digeridas y regurgitadas en mis propias versiones. Eso es hacer mitología finalmente, el mito es una forma de conocimiento que abarca distintos aspectos del saber humano y si bien es una narración, no es una forma literaria en el estricto sentido de la palabra. El mito siempre es un re relatar y se compone de una sucesión de acontecimientos que articulan una amplia red de variantes. Fue así como “Martina y el fénnec” pudo crecer a “Kitsune” y luego evolucionar a “Otherkin”.

Si bien “Armórica” y “Otherkin” están dirigidos a entretener y tocar problemáticas de niños y jóvenes. ¿Acá la intención fue tocar un poco más el valor de la familia, cierto?

Sí, supongo que al contar “Otherkin” con muchos menos personajes que “Armórica” se nota más este aspecto, pero el valor de la amistad y familia, en todas sus formas y manifestaciones, está muy presente en ambas.

En el libro “Armórica” vimos que la protagonista era una versión medieval de Atómica. En el caso de nuestras protagonistas, Martina y Verónica, ¿son inspiradas por personajes de otras obras que has escrito anteriormente?

No, pero cuando las escribía tenía mucho en mente a Heidi y Clarita del anime de 1974 “Heidi, la niña de los Alpes”, inspirado en el libro homónimo de la escritora suiza Johanna Spyri. El abuelo, por su parte, es una mezcla entre el abuelo de Heidi y el Sr, Vitallis de “Remi, el niño de nadie”, anime de 1977 basado en la novela “Sin familia” del escritor francés Hector Malot. Son series animadas que junto al Capitán Futuro y Mazinger Z me marcaron mucho en mis primeros años de vida.

A mi parecer el libro queda abierto para una continuación. ¿Existe la idea de continuar la historia con estas dos hermanas y Kitsune?

Sí. Ya escribí una continuación de “Kitsune”, pero esa versión tenía otro final al no estar la historia en su forma definitiva. Una continuación de “Otherkin” sería probablemente algo muy distinto, es algo que no me he planteado ya que creo que la historia se cierra muy bien. Quizás vuelva a ese mundo con otros personajes y puede que Martina o algún otro tenga un cameo o un rol más importante. Es algo que no descarto.

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