Protección Divina

C.F. Pizant, autor chileno, presenta su primera novela durante el 2018 a través de Áurea Ediciones, llamada “Protección Divina”. Esta novela, a pesar de ser autoconcluyente, podría tener una continuación y eso es gracias a la gran historia creada por su autor, que se desarrolla en el cielo, una ciudad entre lo terrenal y lo celestial y la propia tierra. Con esto existe mucho material para continuar la historia, ya sea con los mismos personajes u otros.

Desde el comienzo de esta historia, que inicia relatando sucesos de 23 años atrás, podemos ver distintas categorías de los coros angélicos, que corresponden a la angelología cristiana, como serafines, arcángeles y ángeles. Además podemos ver a una divinidad que representa el Trono y que por sus características tiene algo del satanás de los hebreos, donde se presentaba como el “acusador” o “trono de la justicia”, ya que se encargaba de dictaminar la justicia, aunque fuera perjudicando la creación de Dios, el humano. Esos distintos elementos C.F. Pizant los toma y convierte en una aventura fantástica, haciendo mención a los arcángeles más conocidos, inspirados en su participación en la Biblia.

De esta manera, nos muestra cómo se relaciona lo terrenal con lo celestial, por medio de los ángeles guardianes, que tienen la misión de cuidarnos y los demonios, que utilizan el alma de muchos individuos. Así, algunos humanos serán escogidos para llevar a cabo este complot entre el cielo y el infierno, del que el suspenso llegará hasta las últimas páginas para comprender el alcance del plan.

El libro comienza con un pacto entre... Bueno, durante el libro sabremos entre quienes... “A fin de cuentas tú pones estas reglas, mi papel es otro. Mal que mal, hoy nos toca volver a cero”.

La historia de “Protección Divina” comienza cuando Anauel, quien es un joven ángel, que está recibiendo entrenamiento en la ciudad Wenu Waria, donde habita una tribu llamada la Tierra del cielo, con un Longko y machis para ayudar con la preparación de los alumnos para ser ángeles de la guarda. Su instructor es Iusiel, quien apenas comienza a entrenarlo, el “dios de ojos celestiales” envía a Anauel a la tierra, sin preparación alguna, para cuidar de un niño que nace bajo el nombre de Tomás. Por esta razón Iustiel, que tiene el cargo de “Trono” y de impartir la justicia, se revela contra el mismo Dios, siendo enviado a las tinieblas. Este suceso ocurre tal como Dios quería que pasaran los hechos.

Luego de 23 años y de mantener a Anauel incomunicado de todo lo que ocurre en el cielo, es nuevamente llamado por Dios, dándole la misión de tomar forma humana, a través de una bella joven llamada Ana, para cuidar de mejor manera de Tomás, quien se ha convertido en un hombre, luego de perder a sus padres durante su infancia. Sin embargo, Edmundo atropella a Ana cuando llega a la tierra y decide cuidarla mientras se recupera de sus lesiones y la pérdida de memoria que sufrió con el accidente. De esta manera él la lleva al hogar y la sigue visitando donde ella vive, en la casa de su tía-abuela. Aunque todo parece producto del azar, Edmundo resulta ser amigo de Tomás y de esa manera se genera la conexión entre Ana y Tomás, pero nadie esperaba que la misión se ponga en peligro debido a un romance que nace entre Edmundo y Ana.

Mientras, Iustiel despierta en medio de la oscuridad y para intentar ayudar a su discípulo hace un trato con un demonio, donde toma el alma de un anciano para poder devolver a la vida a su nieta. Ese anciano resulta ser el tío-abuelo de Ana, quien había vendido su alma para poder traerla de vuelta desde el “más allá”. La memoria comienza a volver a Ana, lo que la provoca que Anauel también comience a recordar cuál era su propósito en la tierra. Este hecho y otros ocurridos con su familia la conducen hacia Wenu Waria donde deberá tomar el entrenamiento que siempre debió tener. En este camino no irá sola y sus acompañantes, Edmundo y Tomás, también forman parte del plan que los conduce a ese lugar. El entrenamiento se desarrolla a través de siete templos, en los que habitan distintos arcángeles, que también pretenden conocer qué es lo que ocurre con ese ángel que no recibió entrenamiento para cuidar de su humano, el que también guarda algo muy especial.

El libro tiene una excelente mezcla entre divinidades cristianas, con un poco de gnosticismo, la parte terrenal a través de los humanos y además parte de nuestra cultura ancestral, por medio de la ciudad Wenu Waria y sus habitantes. De esta manera, con mucho suspenso en cada capítulo, nos mueve a querer leer rápidamente para conocer el desenlace de la historia y los papeles que juegan los distintos personajes en este complot entre el cielo y el infierno.

Un libro con mucha fantasía, muy entretenido, con mucha identidad chilena, porque a pesar de que no se nombran zonas geográficas de nuestro país, la incorporación de personajes de la cultura mapuche, ayuda a sentirnos identificados de que la historia se desarrolla en nuestro país. El contenido de suspenso hasta la última página es muy interesante para atrapar al lector y como ya había mencionado, la historia fantástica creada a partir de la religión es tan novedosa, que sirve para escribir una continuación del libro. Algo que me gustó mucho es la descripción del cielo, ya que existen muchas obras literarias y de todo tipo de arte en realidad, que describen el infierno, pero pocas lo hacen sobre el cielo. El autor aquí lo hace y su versión resulta muy interesante. También me llamó la atención de las siete casas de los arcángeles, donde esa aventura me hizo recordar a las aventuras de los Caballeros del Zodiaco en los templos para rescatar a Athena. 

En definitiva, “Protección divina” es un libro con una historia muy original y entretenida, con mucha emotividad, por parte de sus personajes, ya que la muerte, el desconocimiento de su rol en esta vida, son algo que les provoca mucho dolor a varios personajes. Muy recomendable para lectores juveniles, sin embargo, el atrevimiento del autor para dar su visión sobre el rol del cielo y el infierno, en lo terrenal es muy llamativo para un público más adulto.