Michael Rivera Marín en estos últimos meses presentó su novela llamada “Francisca Macabra (2018)” y un cómic
llamado “Nataniel Neira #1 (2019)”
(ambos trabajos publicados por El
Nautilus Ediciones). En este último toma elementos de “Francisca Macabra”,
de la novela gráfica “Atom Candy” de Sergio Alejandro Amira y también de su
primea novela, llamada “Funeral en
Rieles” del año 2012. Por esto
vale la pena leerlo, para entender la manera en que va conectando sus trabajos
y además para disfrutar de una novela de terror muy bien elaborada.
La portada de “Funeral en rieles”, donde no conviene
hablar de su primera portada (ni siquiera fue del gusto de su propio autor),
sino que, de la portada de la segunda edición, ilustrada por Luis Naranjo Rojas,
con un tremendo trabajo, donde interpreta de manera perfecta todos los
elementos de terror contenidos en el libro.
Para esta novela, Michael Rivera Marín crea una ciudad
ficticia llamada “Ciudad Babel”, la cual podremos identificar como algo retro,
que recordará nuestra infancia para los que tenemos sobre treinta años, por no
existir tantos elementos tecnológicos como lo es en la actualidad y donde los
juegos se desarrollaban utilizando al máximo nuestra imaginación. Una segunda
lectura la pueden dar los lectores más jóvenes, quienes pueden encontrarse aquí
con un escenario post apocalíptico. Lo interesante es que la ficción creada sobre
el lugar donde se desarrolla la historia se relaciona a unos seres que
custodian la ciudad, una especie de monstruos llamados “merodeadores”, que son
temidos por toda la población y un misterioso tren que atraviesa un campo de
maíz, del cual corre una serie de especulaciones sobre el contenido que
transporta. Los rieles por donde pasa este tren y un puente usado para su
trayecto, un grupo de osados niños lo utilizan para sus arriesgados juegos.
La historia o el “terror” comienza cuando un grupo de
niños o pre adolescentes, formado por el propio protagonista de 13 años, sus
amigos Kike, Coky, Américo y el Shama, en un arriesgado juego que disfrutaban
realizar cuando pasaba el tren, ocurre un trágico accidente que le cuesta la
vida al Shama. Debido a este dramático suceso, el grupo de amigos se van dando
cuenta que se encuentran en medio de un macabro complot, donde la paranoia se
toma la mente de ellos, al ver extraños comportamientos en los adultos de la
Villa donde viven, lo que lleva a pensar que su amigo no murió por un
accidente, sino que alguien provocó su muerte y ven que ese peligro puede
volver a caer sobre otro de ellos. Es así como el protagonista relata una serie
de misterios que comienzan a surgir en torno a la muerte de su amigo, mientras
que comienza a explorar sus sentimientos hacia la propia hermana del Shama,
llamada Sofía. La tarea es, por medio de la inocencia juvenil, intentar resolver
los enigmas, muchos de ellos sobrenaturales, que existen en ese lugar y que
tienen sometida a la Villa por medio del terror hacia sus habitantes, quienes están
dispuestos a todo para poder vivir en paz. Ellos son ayudados solamente por dos
adultos, el sargento Ferrada, quien investiga el accidente y Claudio, el hermano
del Kike.
En algunos pasajes el protagonista (lo menciono así porque como
está contado por él, de manera intencionada, el autor no le asigna un nombre
para que sea un elemento adicional al misterio del libro), en algunos pasajes
del libro se siente estar viviendo en dos dimensiones opuestas, pero unidas
para asegurar la existencia mutua…, tal como solía ocurrir en los cómics de Nataniel Neira del cuál es fanático
(ojo en este detalle para la lectura del cómic bajo el mismo nombre).
En este mundo ficticio, existe un dios llamado Orestes, del cual
se va narrando una historia que tiene que ver con la relación que tiene con los
humanos de este lugar y el extraño comportamiento de los adultos.
La novela aborda temas como la relación con los padres, la
amistad, amor adolecente, estigmatización de poblaciones periféricas, etc. Esto
es un aspecto que ha seguido desarrollando en sus posteriores obras, además de
la editorial en la que forma parte, que es hacerse cargo de distintas problemáticas
juveniles y sociales. Esto mismo ayuda a que un libro infanto-juvenil pueda ser
leído por adultos y en el caso de este libro, se trata de terror para adultos,
pero al tener elementos infanto-juveniles, también capta a esos lectores,
disfrutando de su historia. Esta fórmula la podemos ver en libros como “IT” de
Stephen King o en el cine a través de ET. Aunque el último ejemplo no sea de terror,
pero sirve para explicar que una película puede ser transversal cuando a una
trama con un contenido potente se agregan personajes infantiles.
Existe
un juego de simbología que encontraremos en el tren, referente a los miedos de
los habitantes. Simbología de los lugares, los monstruos que custodian los
límites de la ciudad. Aparece un monstruo distinto a los “merodeadores”, el
cual encontré una cierta comparación a lo que querían enseñar los hermanos
Grimm a través de sus cuentos. Tal vez el tren y todos los monstruos son una
representación de la maldad propia del ser humano a la manera de metáfora.
Recomiendo este libro para quienes quieran disfrutar de una muy
buena historia de terror, con mucho suspenso y varios pasajes de tensión, lo
que hará que sea una lectura muy rápida. Además, como he mencionado, sirve para
comprender mejor el excelente cómic presentado hace pocos días por su autor,
basado en el personaje favorito del protagonista de “Funeral en rieles”.
¿Dónde conseguirlo?
Recomiendo conseguirlo en las distintas ferias donde se
encuentre la Editorial Forja, por su
conveniente valor. Además, pueden encontrarlo, por medio de préstamo en la
Biblioteca Pública Digital:
Hola! No es muy lo mío, pero aun así lo hallé interesante. Gracias por compartirlo :)
ResponderEliminarUn besote ♥