Jonathan
A. Hernández, autor mexicano, tiene un vínculo muy
especial con nuestro país, por medio de su escritura de terror, participando en
editoriales chilenas como editor y escritor en distintas antologías y revistas.
El año 2018 se edita su obra llamada “La
ópera de la carne” a través de Cathartes
Ediciones. Sus 41 páginas contienen cuentos breves, del género del horror,
pero orientado al canibalismo y el culto a la carne humana.
El libro llama de inmediato
la atención por su tremenda portada, de Alex Olivares, mostrando un ritual a
lo profano, a la muerte, a la carne humana, al igual que Bubba Sawyer
(personaje de “Masacre en Texas”), quien rinde culto a la carne humana al
dedicarse al canibalismo y fabricarse máscaras con piel humana. Por este
motivo, “La ópera de la carne”, ha
sido presentado por la editorial como la primera entrega de la colección “Bubba
Sawyer”.
Como se trata de un conjunto
de escalofriantes cuentos de horror, basados en una ópera, sus dos primeros
títulos, llamados “Intro” y “Obertura”, te introducen como actor
principal para dar inicio a un despertar en medio de cuerpos mutilados,
mientras un hambre por carne humana muerta te hace dudar si realmente estás
vivo o eres parte de los muertos. El horror que puede despertar en ti al llegar
recuerdos de tu muerte y un penetrante olor a putrefacción que no corresponden
a otros más que ti mismo.
Ya avanzada la ópera, nos
preparan un “pozole”, que corresponde a un plato hecho de granos de maíz,
al que comúnmente se agrega carne de pollo o cerdo. Pero si el ingrediente de
la carne es sustituido por carne humana, ¿cuál sería su sabor? ¿qué parte
preferirías comer?
El pecado del mundo puede
ser utilizado por tu familia, con el objeto de encontrarse con Dios. En “Aria
I” nos encontraremos comiendo la carne de los pecadores, con la excusa
perfecta de que la vida no se aniquila, solamente es un cuerpo que te sirve de
alimento. Luego nos introducimos en un dulce sueño, que al introducir la cifra “VI6VI”
se transforma en un acto de necrofilia demencial, al alimentarte de esa persona que amas con delirio.
Los más bajos instintos se
apoderan de ti, la destinataria es un ser ya sin alma, quien libera un apetito demencial en
ti por medio de un “hambre enamorada”. Luego, ¿te podrías considerar un
verdadero héroe si en medio de “la noche de las bestias” intentas ayudar a alguien que necesita de tu carne? Volviendo a la misión de intentar cumplir
con el plan de Dios, en “Aria, Aghori II” intentas alcanzar
un cuerpo descomponiéndose para devorar, ya que los gusanos de ese cadáver son
los dedos de Dios. Bueno, después de ese aperitivo, llega el momento las “disertaciones
del doctor”, quien expone el plato principal, con tacos hechos de
cabezas humanas, aquí el desborde de horror, asesinatos y canibalismo quedan de
manifiesto por medio de este ritual culinario.
Para terminar esta ópera,
podremos ver nuestros más perversos deseos al provocar que los
residentes del edificio donde trabajas consuman datura ferox, para controlar sus voluntades y revivir
“la
noche de los muertos vivientes” al ver cómo asesinan y devoran a alguien inocente, pasando a la “clausura” del libro con la
interpretación del lado B de la sangre y de nuestros huesos.
Gracias a la obra de Jonathan
A. Hernández, podemos ver una visión muy distinta al canibalismo clásico, esa
de tribus que comen exploradores en medio de la selva. Acá la visión del
canibalismo es una entrega de vida, sabores, amor, desilusión y al morir solamente
es un traspaso de un estado a otro, por lo que el cuerpo no es considerado una
profanación.
Recomiendo este libro para
quienes gustan de la literatura de horror o quieren leer algo distinto, ya que,
de una manera muy descriptiva, un lenguaje elegante y fácil de comprender,
encontraremos todas las características que esperamos de este género:
Canibalismo, necro-canibalismo, desmembramiento de partes del cuerpo, recetas
con ingredientes humanos y mucha sangre corriendo por estas páginas.
¿Dónde
encontrarlo?
En la página de Cathartes
Ediciones:
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